Decanatos y Decanos

Los decanatos han contribuido en gran medida a la renovación pastoral de nuestras diócesis y han sido estructuras imprescindibles para hacer frente a las preocupaciones y anhelos pastorales.

Los decanatos se han ido convirtiendo en un lugar de encuentro que propicia las relaciones de amistad entre los sacerdotes; privilegiado la información, estimulando la pastoral de conjunto y promoviendo la vida espiritual y la actualización en la formación.

En los Decanatos encontramos a sacerdotes generosos, los decanos, que coordinan y promueven la acción pastoral que se vive en los decanatos. Su esfuerzo se dispone a verificar que se lleve a cabo el Plan Diocesano de Pastoral, y promover la formación integral permanente de los presbíteros, todo ello bajo la acción del Espíritu Santo.

1.- NATURALEZA DEL “DECANATO” (CIC 374 §2; DMPO 217)

  • El Decanato es el conjunto de varias parroquias vecinas más o menos afines en su situación que, con un equipo coordinador y otros eclesiales, tienen como fin promover la pastoral integral y orgánica.
  • El Decanato es signo y realización de la intima unidad y colegialidad sacerdotal; es el espacio donde aparece el testimonio de la unidad del ser y quehacer sacerdotal exigido por la ordenación sacramental y por la misión común: “Los Presbíteros, constituidos por la ordenación en el orden del presbiterado, se unen entre sí por íntima fraternidad sacramental… todos tienden, ciertamente, a un mismo fin, la edificación del Cuerpo de Cristo, que, en nuestros días señaladamente, requiere múltiples organismos y nuevas acomodaciones” (PO8).
  • En nuestra Diócesis sólo consideramos los decanatos territoriales, ya que también pueden haber decanatos funcionales.
  • El Decanato brinda a todos, principalmente a los agentes de pastoral, una visión supraparroquial, una fraterna unidad en el desempeño del ministerio, un lugar de formación y discernimiento eclesial, un apoyo y esfuerzo común que conduce a una pastoral más profunda y eficaz bajo la acción del Espíritu Santo.

Todos los sacerdotes del decanato deben hacer visible con hechos concretos, entre sí y con el pueblo cristiano, esta realidad fundamental del ser y quehacer sacerdotal, por lo que han de procurar vivir la unidad sacramental del único sacerdocio de Cristo manifestando la unidad en la comunión con el obispo y expresándola también en la comunión con los demás sacerdotes.

Este objetivo o quehacer del decanato exige tareas concretas que deben ser realizadas principalmente por todos los sacerdotes del decanato y los equipos eclesiales. Señalamos las que aparecen hoy principales:

  1. Promover el conocimiento, colaboración y aplicación del Plan Diocesano de Pastoral de acuerdo a la situación del Decanato.
  2. Ver constantemente la realidad de decanato y, a la luz de la fe, dar respuesta a los desafíos con una eficaz pastoral de conjunto, impulsando la unificación de criterios en los agentes.
  3. Impulsar la espiritualidad pastoral de los agentes siguiendo las líneas del Magisterio y las directrices concretas del obispo.
  4. Promover la formación permanente principalmente de los sacerdotes; las jornadas de estudios, retiros espirituales, cursos de actualización y reuniones pastorales.
  5. Estimular y auxiliar a las parroquias para que cumplan con su misión siguiendo el proceso pastoral diocesano.
  6. Promover la fraternidad pastoral y la mutua ayuda.
  7. Hacerse llegar los recursos, tanto personales como materiales, en orden a su mejor aprovechamiento.
  8. Participar activamente en las tareas programadas del Decanato.
  9. Asumir y aplicar responsablemente los criterios y acuerdos tomados en la Diócesis.

 

SER DEL DECANO (CIC C 553 §1) (DMPO 218)

EL Decano es cercano y fiel colaborador del Obispo en el cuidado Pastoral de los fieles y diligente hermano mayor de los sacerdotes de su Decanato (DMPO218).

Es, entre iguales, el promotor y coordinador de la acción pastoral de su Decanato. Es quien preside las celebraciones y tareas pastorales.

Su oficio le pide:

  1. Ser mayor de 30 años, y con al menos 5 años de ministerio.
  2. Ser un sacerdote que resida en el Decanato y tenga cura de almas.
  3. Tener experiencia de pastoral parroquial y una espiritualidad profunda.
  4. Haberse ganado la estima del clero y de los fieles por su prudencia, doctrina, piedad y celo apostólico.
  5. Merecer la confianza del obispo, que puede, cuando sea necesario, delegarle alguna facultad particular.
  6. Tener la suficiente capacidad de dirección y de trabajo en equipo.
  7. Tener los conocimientos teológicos y canónicos necesarios, para responder adecuadamente a los desafíos pastorales.
  8. Ser un gran conocedor del ambiente y condiciones del Decanato, además de estar fuertemente comprometido con el proceso del Plan Diocesano de Pastoral.

 

MISIÓN DEL DECANO (CIC C 555)

En cuanto a los sacerdotes

  1. Cuidar que los sacerdotes, párrocos y vicarios parroquiales cumplan diligentemente su misión.
  2. Fomentar la unidad con el Obispo, de quien es colaborador cercano en la función pastoral.
  3. Fomentar la espiritualidad y la comunión sacerdotal de acuerdo a las líneas del Magisterio, del Plan Pastoral y las directrices explícitas del obispo.
  4. Nombrar un equipo o al menos un sacerdote responsable, que organice los servicios necesarios para que nunca falte el alimento sólido de la espiritualidad a los sacerdotes.
  5. Promover la formación permanente de los sacerdotes, las reuniones de estudio y jornadas de reflexión.
  6. Motivar para que se aprovechen los recursos que ofrece la Diócesis.
  7. Estar atento a las condiciones económicas y de salud de los sacerdotes.
  8. Favorecer la asistencia puntual y la participación de todos los clérigos en la lectura orante, la reflexión doctrinal, los acuerdos pastorales y la comida; todo ello en un ambiente de fraternidad y convivencia.
  9. Estar al pendiente, juntamente con el cargo de la Comisión del Clero del Decanato, de los sacerdotes enfermos y ancianos para que no carezcan de lo necesario, ni espiritual ni materialmente. En caso de defunción, cuidará de que se celebre dignamente el funeral, proveerá que no se pierdan los libros, documentos, objetos y ornamentos sagrados u otras cosas pertenecientes a la Iglesia.
  10. En el mismo caso pondrá especial atención en el debido trato con los familiares del difunto para que sus asuntos personales queden resueltos sin detrimento de los derechos de los familiares, la parroquia, o rectoría.
  11. Crear un ambiente de amistad y fraternidad sacerdotal por medio de las relaciones humanas, el servicio y mutua ayuda, la hospitalidad, el diálogo y la caridad. Acompañar a los sacerdotes que se encuentran en circunstancias difíciles o agobiados por problemas.
  12. Aconsejar, al Obispo (si él se lo pidiere) en el nombramiento de párrocos. (DMPO218)

 En cuanto a los laicos, religiosos y religiosas

  1. Promover el papel de los laicos con su participación en la pastoral parroquial y decanal.
  2. Buscar la inserción de las religiosas y religiosos en la pastoral del Decanato respetando sus carismas y sus campos específicos de acción.
  3. Propiciar la amistad, la información periódica de la marcha del Decanato y las acciones conjuntas.

En cuanto a la acción pastoral

  1. Preparar y conducir responsablemente las reuniones periódicas del Decanato:
    1. Organizar adecuadamente la agenda de cada reunión.
    2. Utilizar dinámicas que propicien la participación de todos.
    3. Hacer llegar a todos los acuerdos asumidos.
    4. Revisar su cumplimiento.
  2. Visitar las parroquias con el fin de animar y estimular la acción pastoral, revisando los servicios de administración, el inventario y siendo garante de que se respete la disciplina parroquial, sobre todo la litúrgica (Ch. D. 29), así como cuidar que se complementen y guarden convenientemente los libros parroquiales; se administren con diligencia los bienes eclesiásticos, y se conserve la casa parroquial.
  3. Tomar todas las providencias necesarias, avisando al Obispo, cuando la parroquia quede vacante o el párroco se ausente sin más.
  4. Activar la elaboración, la asimilación y aplicación del Plan Pastoral de acuerdo a la situación del Decanato.
  5. Programar las actividades del Decanato dentro del proceso pastoral diocesano, señalando metas concretas a alcanzar.
  6. Apoyar a las parroquias en su proceso de renovación en orden a ser centro de coordinación y animación de comunidades menores, de grupos y movimientos (DP. 644). Ayudar a que en las comunidades se realice la pastoral en su triple dimensión esencial: profética, litúrgica y social y ofrecer el asesoramiento adecuado.
  7. Integrar las comisiones y dimensiones para los servicios pastorales necesarios acordes con el Plan Diocesano.
  8. Promover y coordinar los diversos recursos del Decanato.
  9. Impulsar acciones conjuntas entre las parroquias vecinas, especialmente en los tiempos fuertes: Adviento-Navidad, Cuaresma-Pascua.
  10. Recibir la parroquia o rectoría cuando, de acuerdo al protocolo Diocesano se hace la entrega-recepción de la misma, firmando el acta y entregando el informe al Obispo y a la cancillería.

Facultades del Decano

  1. Conceder licencia de celebrar la Eucaristía donde no haya templo, siempre que sea por utilidad pastoral común (Circular 6/07)
  2. Conceder licencia a los sacerdotes del decanato para que puedan ausentarse hasta por quince días siempre que quede asegurada la atención pastoral, y con la anuencia del párroco si se trata de sacerdotes vicarios de la parroquia. Para salir fuera del país se ha de avisar o pedir permiso al Ordinario del lugar.
  3. Asumir, el oficio de penitenciario en su propio Decanato Facultad concedida en esta Diócesis a los Decanos, según circular del Sr. Obispo (16/2008)

 

ELECCIÓN DEL DECANO  (C.553 §2 y 554)

1. Antes de la elección

  1. La elección del decano es un verdadero ejercicio de corresponsabilidad pastoral con el obispo y para bien de las comunidades.
  2. El actual decano, con su secretario y tesorero, convocarán a todos los sacerdotes y religiosos de dicho decanato y presentará el programa para la elección.

2. El día de la elección

  1. La elección se desarrollará en un ambiente de oración, de reflexión y de convivencia fraterna.Se explicará con claridad el procedimiento a seguir. Todos los sacerdotes diocesanos y religiosos, de dicho decanato, serán convocados y deberán emitir su voto de manera libre y secreta.
  2. Son candidatos quienes hayan cumpliendo, al menos cinco años de ordenación sacerdotal; tengan ya un año de ministerio en el decanato, estén incardinados a esta Diócesis y ejerzan la cura de almas (párrocos).
  3. Han de ser propuestos para este oficio, a sacerdotes sobresalientes en doctrina, prudencia y celo apostólico.
  4. Se consideran elegibles, sólo los tres candidatos que hayan obtenido el mayor número de votos en el desarrollo de las votaciones.
  5. Para que este voto sea válido deberán estar presentes los candidatos, requiriéndose la votación de las tres cuartas partes del presbiterio.
  6. El escrutinio será conducido por el secretario y el tesorero en presencia del decano, quien evidenciará el resultado a toda la asamblea.

3. Después de la elección

  1. El decano, en funciones, presentará a la mayor brevedad y por escrito los nombres de los candidatos indicando su número de votos al obispo, quien elegirá al sacerdote que considere idóneo según las circunstancias de lugar y tiempo (c.5543 §2)
  2. Los nuevos decanos comenzarán su servicio al recibir el nombramiento por escrito, del obispo, y se presentarán a la próxima reunión de Consejo de Gobierno.
  3. El decano saliente entregará al entrante el archivo del decano con la información necesaria que garantice la continuidad en el decanato y guardará celosamente este archivo.
  4. Los decanos durarán en su oficio tres años, sin que esto obste a que puedan ser removidos por el Obispo (c.554).
  5. El proceso pastoral de nuestra Diócesis nos sugiere un cambio general de los decanos al final de cada trienio, aunque puedan ser reelegidos solamente por un período más de 3 años.
  6. Cuando por causa mayor el decano sea removido de su oficio, se elegirá un decano suplente.