D. DE MISIÓN AD GENTES

La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser «el sacramento universal de la salvación», obedeciendo
el mandato de su Fundador (Cf. Mc, 16,15), por exigencias íntimas de su misma catolicidad, se esfuerza en
anunciar el Evangelio a todos los hombres. (Ad Gentes 1)

Bajo la guía del Espíritu Santo, la comunidad cristiana se ha reconocido durante el concilio como
instrumento de evangelización, «La Iglesia peregrinante es, por su naturaleza, misionera, puesto que toma su origen de la misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo, según el propósito de Dios Padre». (AG 2)

Jesucristo ha enviado a sus apóstoles a llevar el Evangelio por todo el mundo, la esencia misma de la
Iglesia es Evangelizar, al integrarnos como bautizados al pueblo de Dios que sigue la llamada del Señor es
importante recordar las palabras con que Juan Pablo II comienza su Carta Encíclica Redemptoris Missio:

«La Misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. A finales del segundo
milenio después de su venida, una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se halla todavía enlos comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio» (RMi1).

En dos partes de esta encíclica San Juan Pablo amplía el concepto de misión. La primera, cuando
distingue tres “situaciones” de la actividad misionera de la iglesia. La segunda, cuando se refiere a la misión
como a una “realidad unitaria, pero compleja” compuesta de diversos elementos. La primera “situación” de la actividad misionera de la iglesia es la de la misión ad gentes, o sea el testimonio directo y la proclamación de Cristo en situaciones en las que no se lo conoce, o donde faltan comunidades cristianas suficientemente maduras como para poder encarnar la fe en el propio ambiente y anunciarla a otros grupos (RM 33). Esta es propiamente la misión ad gentes.

En la búsqueda de colaborar en comunión con todos los agentes de pastoral de la Iglesia, la apertura a la
Misión Ad Gentes, nos invita a cuidar algunas tareas relevantes:

  • Fomentar el conocimiento de nuestra fe.
  • Promover la espiritualidad misionera.
  • Enfatizar urgencia de colaborar en la tarea de la primera evangelización.
  • Promover y orar por las vocaciones misioneras.
  • Promover las Obras Misionales Pontificias Episcopales OMPE.