Enrique Díaz Díaz

Mons. Enrique Díaz Díaz

Yo estoy contigo

II Obispo de Irapuato

Mons. Enrique Díaz Díaz es el segundo y actual obispo de la Diócesis de Irapuato. Siendo Obispo Coadjutor de San Cristóbal de las Casas, Chis., el Santo Padre Francisco lo nombró Obispo de Irapuato, el 11 de marzo de 2017 y tomó posesión de esta diócesis el 19 de mayo del mismo año.

Mons. Díaz nació el 13 de junio de 1952 en Huandacareo, Mich., población asentada en la ribera del Lago de Cuitzeo. Sus padres fueron Don Rafael Díaz Aguilar (+) y Doña María Vicenta Díaz Guzmán (+), honorable matrimonio con profundas raíces cristianas, quienes procrearon doce hijos, de los cuales dos son sacerdotes. Mons. Enrique es el tercero. Recibió el bautismo de manos de su párroco Estanislao Alcaraz Figueroa, quien llegó a ser arzobispo de Morelia y por la imposición de sus manos, lo incorporó al ministerio sacerdotal.

Realizó sus primeros estudios en el colegio parroquial Fray Francisco de Villafuerte, a cargo de las Misioneras Marianas. Estudio en la Escuela Apostólica de Salamanca con los PP. David Gómez y Gilberto Núñez. Ingresó al Seminario Diocesano de Morelia el 3 de enero de 1966, donde estudió los ciclos de latín (seminario menor), filosofía y teología. Ordenado Diácono el 22 de mayo de 1977, ejerció ese ministerio en la Parroquia de San Antonio de Padua, en Salamanca, Gto. Fue ordenado sacerdote el 23 de octubre del mismo año, por el Arzobispo Don Estanislao Alcaraz Figueroa, en la Catedral de Morelia.

Estudios bíblicos y su ministerio sacerdotal

Mons. Enrique Díaz desempeñó su ministerio sacerdotal como vicario de la Parroquia del Señor de la Salud y San Juan Bautista, de Puruándiro, Mich., de 1977-1981, bajo las órdenes del señor cura, el P. Miguel Hernández Rubio; y en la Parroquia de San Simón Apóstol, de Angangueo, Mich., de 1981 a 1983, a cargo del señor cura, Octavio Villegas Aguilar, actual Obispo Auxiliar Emérito de Morelia.

Su primera parroquia fue San Mateo del Rincón, municipio de Zitácuaro, Mich., que oficialmente se le conoce como Tenencia Crescencio Morales. Es una parroquia, integrada por varias comunidades de indígenas mazahua, donde estuvo de 1983-1987. Aquí Don Enrique se empapó de su cultura y de su lengua.
Pasó después a Tzintzuntzan, Mich., como párroco de San Francisco de Asís, donde permaneció de 1987-1991. Allí aprendió el purhépecha y se integró al equipo de sacerdotes purhépecha de la región.

En 1991 el Arzobispo de Morelia, Don Estanislao Alcaraz lo envío a estudiar a Roma, donde obtuvo la licenciatura en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma en el periodo 1991-1994.
De regreso a su arquidiócesis, fue capellán de la rectoría de las Tres Ave Marías, de Morelia; responsable de la Pastoral Bíblica Diocesana y director de la Escuela Bíblica en Morelia, de 1994-997. Maestro de Sagrada Escritura en el Seminario Diocesano de Morelia desde 1994-2001. Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en la colonia Guadalupe, en Morelia, de 1997-2000. Se desempeñó también como vicario episcopal de la Zona Lacustre “Nuestra Señora de la Salud”, con sede en Pátzcuaro, Mich., de 2000 a 2003.

 

 

MINISTERIO EPISCOPAL:
En San Cristóbal de las Casas, Chis.
Desarrollando su ministerio de vicario episcopal de pastoral de la Zona Lacustre “Nuestra Señora de la Salud”, con sede en Pátzcuaro, Mich., el Papa San Juan Pablo II nombró al P. Enrique Díaz Díaz, obispo auxiliar para la Diócesis de San Cristóbal de las Casas el 30 de abril de 2003. Recibió la ordenación episcopal en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chis., el 10 de julio de 2003. Su lema episcopal es Yo estoy contigo.
El 15 de mayo de 2014, el Papa Francisco lo nombró obispo coadjutor de San Cristóbal de las Casas, con derecho a sucesión de esa sede episcopal. Posteriormente, Mons. Díaz expuso al Papa que él consideraba que no era oportuno ni conveniente que continuara en San Cristóbal de las Casas. Opinaba que era necesario un cambio, que alguien diferente impulsara más la vida y la pastoral de esa diócesis.
Para el Obispo de San Cristóbal de las Casas, Mons. Felipe Arizmendi, Mons. Enrique Díaz era la mejor opción para esa diócesis: “Ya llevaba varios años sirviendo entre nosotros, con mucha competencia y entrega”.

Mons. Díaz, en la Conferencia del Episcopado Mexicano ha desempeñado varios servicios. En el actual trienio 2018-2021 es responsable de la Dimensión Pastoral Educativa y Dimensión de Cultura. Participó como miembro del Sínodo de Obispos sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia en Roma, en octubre de 2008.

En Irapuato, Gto.
El 11 de marzo de 2017, el Papa Francisco nombró a Mons. Enrique Díaz Díaz, Obispo de Irapuato. Tomó posesión de esta iglesia particular el 19 de mayo del mismo año. Su lema episcopal es Yo estoy contigo.
La homilía de su toma de posesión, Mons. Díaz fue una invitación vehemente a confiar en Dios en la misión que Él pide llevar a cabo en esta porción de la Iglesia. Con el profeta Jeremías, el Señor dice hoy: “No tengas miedo, Yo estoy contigo”. Con San Pablo: “No tengas miedo. Habla y no calles, porque yo estoy contigo”. Y la promesa de Jesús a los suyos: “Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.

Con esa confianza en la promesa de asistencia divina, su homilía también fue programática, exhortando a proseguir la misión evangelizadora:

“Por eso nos atrevemos a poner como prioridades de nuestro plan diocesano la evangelización, la familia, los adolescentes y los jóvenes, los pobres y marginados. No lo hacemos en nuestro nombre lo hacemos en el Nombre de Jesús. No nos confiamos a nuestras fuerzas, nos confiamos a la fuerza del Resucitado”.

El martes 23 de mayo de 2017, se realizó el primer encuentro con el nuevo obispo y los sacerdotes diocesanos y religiosos, en el Seminario Mayor de la Diócesis. Con 65 años de presbítero estuvo presente el P. José Aguilar, rector de la Santa Cruz de Abasolo.
El 30 de mayo de 2017, Mons. Díaz, presidió por primera vez la reunión de la vicaría de pastoral en el Centro Diocesano Juvenil “San Juan Pablo II”. Llamó a “no conformarnos con lo hecho”, pues “el Evangelio será siempre exigente”.

Entre las expectativas compartidas están: más cercanía del obispo con sus sacerdotes, y que éste no se enganche en los “juegos pastorales”; que pueda ser obispo, padre y pastor; que pueda repuntar la espiritualidad del sacerdote; que se acepten desilusiones que “nos han marcado” y sean motivo de fortaleza y superación.
El 29 de septiembre de 2017, en la Iglesia Catedral de Irapuato, Mons. Enrique Díaz Díaz confirió el orden sacerdotal a sus primeros cinco sacerdotes: Ever Antonio Cárdenas Sepúlveda, Luis Fernando Centeno Barrientos, Francisco Tadeo Flores Belmonte, Emmanuel Jesús Torres Chimal y Roberto Pablo Landa.

El 21 de noviembre de 2017, en el marco de la XI Asamblea Diocesana de Pastoral, Mons. Díaz dio a conocer nuevos nombramientos: el P. Jorge Delgado Morarles, vicario general de la diócesis; el P. José Sandoval Cervantes, ecónomo diocesano; y el P. Félix Castro Morales, rector del Seminario Diocesano.
El martes 17 de julio de 2018, se celebró la Acción de Gracias por los 15 años de ordenación episcopal de Mons. Enrique Díaz, en el llamado “Castillo de Santa Rosa” de Irapuato, Gto. Este aniversario quiso empujar la tarea evangelizadora de la diócesis en vistas los 15 años de su creación.

El Obispo de Irapuato, participó en el Encuentro Mundial de las Familias realizado en Dublín, Irlanda, del 21 al 26 de agosto de 2018 con el lema: “El evangelio de la familia: alegría para el mundo”.
Los días 4 y 5 de febrero de 2019, Mons. Enrique Díaz, presidió la XII Asamblea Diocesana de Pastoral, realizada en la casa del Seminario Mayor de Irapuato. “En la asamblea se siente la presencia de Dios y la presencia de toda nuestra diócesis”, afirmó Mons. Enrique, e invitó a los participantes a “escuchar el Espíritu de Dios” para “hacer presente en medio de nosotros el reino de Dios”. También exhortó a “escuchar la realidad social y las inquietudes y propuestas de cada uno de los participantes”. En esta asamblea el Obispo de Irapuato, expuso su tema de la “Espiritualidad de la Diócesis de Irapuato”, sustentada en Cristo en la cruz, en Nuestra Señora de la Soledad; y en el martirio de San Bernabé de Jesús Méndez Montoya.

El 5 de febrero de 2019, al concluir la XII Asamblea Diocesana de Pastoral, Mons. Enrique Díaz nombró como nuevo vicario episcopal de la pastoral diocesana, al P. Francisco Javier Rico Medina.
“Diócesis de Irapuato, un pueblo con esperanza”, fue el lema del XV aniversario y el tema que vertebró la homilía dirigida por el actual Obispo de Irapuato, Mons. Enrique Díaz. El prelado invitó a recuperar la esperanza que “brota de mirar nuestras raíces, recorrer nuestra historia, descubrir tantos momentos, algunos muy bellos, otros muy difíciles pero que nos han conformado como un solo corazón”. La solemne concelebración Eucarística se realizó el sábado 9 de febrero en la explanada de la Catedral de Irapuato.

Los días 8 y 9 del mes de marzo de 2019, Mons. Enrique Díaz Díaz, comenzó su primera Visita Pastoral a las parroquias de la diócesis, empezando por Nuestra Señora de los Remedios, de Pénjamo.
El Semanario Diocesano Emaús cumplió su XV aniversario de circulación el 10 de octubre de 2019. La Misa se realizó el 12 de octubre en el Templo del Señor de la Salud, de Irapuato, presidida por Mons. Enrique Diaz. “Emaús es rostro de la Diócesis”, así definió el Obispo Diocesano, al semanario, fundado el 10 de octubre de 2004.

Los religiosos y religiosas presentes en la Diócesis de Irapuato con su testimonio de vida, con sus diferentes carismas y obras hacen latir el corazón de Jesús en el mundo y en la Iglesia Particular. Participan de su tarea pastoral; hacen sus aportes en las asambleas diocesanas; cada 2 de febrero, el Obispo Diocesano, celebra con ellos y ellas la Jornada de la Vida Consagrada. El año 2019, en este evento se congregaron más de 80 religiosas y cinco sacerdotes religiosos. El vicario episcopal de la Vida Consagrada es el P. Alfredo Carrillo Muñoz, MSpS,

La XIII Asamblea Diocesana de Pastoral de la Diócesis de Irapuato, se desarrolló los días 10 y 11 de febrero de 2020, en la casa del Seminario Mayor de Irapuato, presidida por Mons. Enrique Díaz Díaz.
En este nuevo capítulo de la vida de la Iglesia Diocesana, se tomaron nuevo aires y mociones del Espíritu Santo para relanzarse a la misión con renovado entusiasmo, generosidad, perseverancia y parresía, para el periodo 2020- 2026.

En esta asamblea, Mons. Díaz compartió su diagnóstico del estado pastoral de la Diócesis, conforme lo que él mismo ha palpado en la Visita Pastoral a las parroquias. Por eso pidió que “las líneas, problemas y retos que hemos descubierto en la propia comisión o en la propia parroquia, los tomáramos en serio y con responsabilidad. Es un momento de compromiso ante Dios y ante la Iglesia. Sabemos que quien nos ha llamado, quien nos sostiene y acompaña, quien es el dueño de la mies, es el Señor”.

La Visita Pastoral se ha realizado -hasta marzo de 2020- a todas las parroquias de los decanatos de Pénjamo- Cuerámaro (“San Francisco de Asís2); Abasolo-Pueblo Nuevo-Huanímaro (“Nuestra Señora de la Luz”); Valle de Santiago-Jaral del Progreso (“Santiago Apóstol”).
En febrero de 2020, Mons. Enrique Díaz, retomó la Visita Pastoral a parroquias del decanato “Sagrado Corazón de Jesús”, de Salamanca. Mientras realizaba esta visita a la Parroquia de la Inmaculada Concepción, de Cerro Gordo, municipio de Salamanca, programada para los días 16 y 17 de marzo de 2020, se entró de lleno en la contingencia sanitaria por la amenaza del COVID-19, y sólo se hizo la visita el primer día.

El escudo episcopal de Mons. Enrique Díaz
Petate
: es el utensilio tradicional de nuestros antiguos pueblos, representa la “comunidad”, entrelazada y viva, multicultural, que forma nuestra Iglesia y donde todos y cada uno de los miembros forman el Cuerpo de Cristo. Cruz ancestral y universal: engloba todas las naciones, compuesta de rombos multicolores, señala los cuatro rumbos de la naturaleza y “enlaza” con armonía naturaleza, cosmos y humanidad.
La cruz de Jesús: su trazo vertical marca el ideal del cristiano de llegar a lo divino partiendo de las realidades cotidianas. Su trazo horizontal señala el camino del amor, el servicio y la fraternidad como el camino de redención.

Sólo uniendo los dos maderos, el vertical y el horizontal, en amor a Dios y el amor al prójimo, el hombre encuentra su plenitud.
Santa María de Guadalupe: su rostro es moreno, mestizo, inculturado; Ella nos envuelve con su ternura; nos muestra el camino de la verdadera Evangelización. Ternura de Madre que nos ofrece a su Hijo. Amor de Madre que nos da al que es la Vida y la Vida Plena. Ejemplo de Evangelización y cercanía.

Tres fresas: Es el cultivo tradicional que le da identidad a la ciudad de Irapuato. Su cultivo representa todavía la relación amigable del hombre y la tierra, que labra el jardín del mundo sin despotismo y sin tiranía.

El nahui ollin, “la flor de cuatro pétalos”: fue un símbolo representado por los sabios y artistas nahuas bajo infinitas variantes, pero siempre formado por cuatro puntos unificados por un centro. En la simbología náhuatl el cinco es la cifra del centro. Es el eje del que parten los cuatro rumbos del universo y su centro constituye el punto de contacto entre el cielo y la tierra. Es el máximo símbolo náhuatl porque significa los cuatro puntos cardinales, las cuatro estaciones del año, el origen de la vida y la explicación de todo. Además, marca el lugar donde se encuentra Jesucristo, en su vientre.

El lema

Yo estoy contigo

Más que un lema, expresa una experiencia fuerte en la vida del Obispo Enrique Díaz: sentir siempre la presencia cercana, protectora de Dios, sin merecerlo, gratuitamente, como un gran regalo.
Ante la misión el profeta siente su miseria y pequeñez. No es la palabra del enviado la que se proclama, es la Palabra del Señor; no es la voluntad del profeta, es el mensaje de Dios.

Josué, ante la muerte de Moisés -que había sido el profeta, legislador y caudillo de Israel- temblaba al recibir la misión de conducir al pueblo, pero recibe el mensaje: “No temas porque el Señor tu Dios, está contigo” (1, 9). Jeremías se siente pequeño, indigno para llevar el mensaje y el Señor le confía: “No tengas miedo, porque yo estoy contigo para protegerte”.

Con los apóstoles se hace más evidente: un puñado de hombres sencillos que deben afrontar una misión que los sobrepasa. “Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”, les asegura Jesús al confirmarlos en su misión de llevar el Evangelio hasta los confines del mundo.
El lema es testimonio de la presencia de Santa María de Guadalupe en la vida de Mons. Enrique. Él no entiende su sacerdocio sin la Virgen María, que en todo momento lo acurruca y le dice: “No estoy yo aquí que soy tu Madre”.

Yo estoy contigo, también se transforma en un reto y una misión: estar cercano al pobre, al desvalido, al que se siente solo. Es la misión del profeta: hacer cercana la presencia de Dios en nuestro mundo, en nuestros pueblos y ciudades, a todas las personas en especial a las más necesitadas.