D. DE PASTORAL DE LA SALUD


La salud no se relaciona únicamente con factores físicos y orgánicos, sino que involucra a las
dimensiones psíquicas y espirituales de la persona, relacionándose con los aspectos sociales y del medio
ambiente en los que la persona vive. Entendemos pues por salud un proceso armónico de bienestar o “bien ser” a nivel físico, emocional, intelectual, social y espiritual.

Desde nuestra perspectiva cristiana hemos de entender y vivir la salud como experiencia de salvación en
medio de nuestra condición humana actual. Nuestra salud frágil, amenazada, llamada a ser cuidada
constantemente de manera responsable y solidaria, necesita siempre de una salvación definitiva: gracia y regalo del Dios de la vida, quien continua, Resucitado, en la acción de la Iglesia a través de los sacramentos, de la escucha de la Palabra, de la solidaridad y fraternidad.

La pastoral de la salud se define como la presencia y la acción de la Iglesia para llevar la luz y la gracia
del Señor Resucitado a los que sufren y a los que los cuidan y para fomentar una cultura de la vida y de salud.

Así pues, es una pastoral humanizadora y evangelizadora, que hace presente los gestos de Jesús: es
misericordiosa, infunde consuelo y esperanza a los que sufren; una pastoral que imita al Dios de la vida y que promueve la justicia y la defensa de los derechos de los más débiles, de los enfermos; que compromete a toda la comunidad cristiana en un trabajo organizado y estructurado dentro de la pastoral de conjunto.